jueves, 9 de abril de 2009

Resumen comentado: Hacer pedagogía de la lengua desde el discurso

Resumen comentado

I. Bibliografía:

Mostacero, R. (2006). Hacer pedagogía de la lengua desde el discurso. Letras, 73, 75-97.


II. Vocabulario especializado, conceptos y temas de interés tratados en el artículo:

1. Enfoque comunicativo de la enseñanza de la lengua: Es un paradigma de la didáctica que sostiene que la enseñanza de la lengua debe orientarse a la satisfacción de las necesidades de comunicación, con énfasis en la eficiencia y la efectividad.

2. Enunciado: Es la unidad de comunicación en un discurso.

3. Intersubjetividad: Noción derivada de la teoría de la Acción Comunicativa que implica compartir marcos de validez entre interlocutores. Se refiere a las relaciones entre las subjetividades de cada participante en una acción comunicativa. Dichas relaciones están impregnadas de los valores, creencias y conocimientos que conforman la cognición social de los interlocutores o usuarios de la lengua.

4. Visión dialógica del discurso: Implica distintos aspectos, entre ellos que el discurso se asume como un diálogo entre las subjetividades de los participantes del acto comunicativo y que es el producto de la interacción de distintas teorías que explican el lenguaje.


III. Resumen:

El Profesor Mostacero inicia su artículo expresando su preocupación porque los estudiantes venezolanos demuestran un pobre dominio de la lengua escrita, a pesar de los avances registrados en la investigación didáctica y lingüística. En este sentido, el autor señala que las causas de la situación podrían encontrarse en la falta de políticas educativas que hagan viable la implementación de modelos didácticos integradores y que respondan a las necesidades sociales de la actualidad. En la búsqueda de alternativas didácticas que contribuyan con el logro de mejores competencias para el uso de la lengua, Mostacero asume los postulados de María Cristina Martínez, quien propone un enfoque interdisciplinario y multimodélico al que denomina discursivo o dialógico. El autor sostiene que el enfoque discursivo deriva del funcional-comunicativo, y presenta una retrospectiva de los aportes de Páez Urdaneta, Lomas, Cassany y McCormick para corroborar su afirmación. La perspectiva discursiva, que Mostacero advierte como adecuada para emprender la enseñanza y aprendizaje de la lengua, tiene su base epistemológica en diversas teorías (Enunciación, Textualidad, Interacción y Acción comunicativa), que proporcionan los elementos a considerar para el diseño de una nueva didáctica: adquisición y desarrollo del lenguaje, existencia de variedades entre los discursos que se presentan en el aula y necesidad de valorar contextos, propósitos e interlocutores para darle sentido social a la lengua en la escuela. Para finalizar, el autor explica que el éxito en la enseñanza y el aprendizaje de la lengua implica, más allá de los modelos o enfoques derivados de las investigaciones recientes, el compromiso de los gerentes en políticas educativas con la promoción de cambios en los estilos didácticos y en los curricula de las universidades y pedagógicos, así como con la formación y actualización de los docentes en ejercicio en el manejo específico de la lengua y su didáctica.



IV. Comentario crítico:


El artículo del Profesor Mostacero es interesante porque aporta elementos teóricos para ampliar el conocimiento acerca de dos de los modelos didácticos más recientes aplicados a la enseñanza de la lengua, como lo son el funcional comunicativo y el discursivo. Además, explica la propuesta de la investigadora María Cristina Martínez, quien se ha dedicado en América Latina a teorizar sobre una perspectiva discursiva e interactiva de la pedagogía de la lengua.

Si bien es cierto que la retrospectiva acerca de los enfoques didácticos que presenta el autor es importante, me resultó particularmente significativo su planteamiento sobre la problemática existente en el país debido a las prácticas inadecuadas para la enseñanza de la lengua. En este sentido, son varias las inquietudes que el artículo moviliza en mí como docente en ejercicio y profesional que actualiza conocimientos a nivel de postgrado.

Por un lado, como docente que atiende a la primera y segunda etapa de Educación Básica, me pregunto acerca de la factibilidad de la implementación de una didáctica de la lengua interdisciplinaria y multimodélica como la que proponen Mostacero y Martínez. Sabemos que a pesar de que el Currículo Básico Nacional, aún vigente, se sustenta en el enfoque funcional-comunicativo para la enseñanza de la lengua, muchos de nuestros alumnos y alumnas reciben nociones gramaticales y realizan copias y dictados en forma indiscriminada como aparentes prácticas para el logro de aprendizajes en el área de lengua. Es decir, la didáctica de la lengua se puede ubicar en dos planos distintos: formalmente en uno (el enfoque funcional-comunicativo) y en la práctica en otro (el tradicional gramaticalista). De este último podemos señalar que, a pesar de que es obsoleto y se ha quedado sin sustento teórico, parece ser predominante en nuestras aulas. En tales circunstancias, es válido preguntarse cuán cercanas pueden estar presentes las condiciones para la adopción de modelos didácticos más actuales y progresistas, como los proyectados sobre la discursividad, para la apropiación de saberes lingüísticos entre estudiantes del nivel de Educación Básica obligatoria.

Por otro lado, de acuerdo con lo expuesto por Mostacero, no sólo es necesaria una disposición y formación adecuada de los docentes de los distintos niveles de la educación formal venezolana. Se requeriría una toma de conciencia que considere valores sociales, políticos, ideológicos y económicos para dar los pasos necesarios hacia la modernización de la enseñanza de la lengua materna.

En este sentido, uno de los cambios más acuciantes radicaría en la formación y actualización de los docentes venezolanos. Se les debe ganar para el cambio y proporcionar las herramientas cognitivas y didácticas necesarias para afrontar el desempeño de sus labores con métodos renovados.

Para finalizar, me adhiero a lo expresado por Mostacero cuando afirma que la brecha entre la práctica escolar vinculada con la enseñanza y el aprendizaje de la lengua escrita y la teoría que deriva de las investigaciones se mantiene muy amplia en nuestro país; es por ello que considero ineludible emprender las reformas necesarias sin más pérdida de tiempo.

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